domingo, 21 de diciembre de 2008
Navidad sana Navidad
Mañana aparecerán varios nuevos ricos en este país, algunos utilizarán el premio para tapar sus deudas y muchos se embarcarán en préstamos aún más grandes. Yo, me limitaré a formar parte del 80% que se felicita a sí mismo por tener una salud inmejorable, a pesar de que mi madre se empeñe en decirme que llevo una vida nada sana.
sábado, 13 de diciembre de 2008
La suma de mi vida
domingo, 23 de noviembre de 2008
The reddish guy
who asks for a pony as a birthday present,
but dad is ruined.
I was the song that you used to sing aloud,
but now I'm buried somewhere on the ground.
Laughing at the jokes,
staring at the oaks,
the time went by and now I realize that...
I miss your glasses
I miss your shiver
please tell the reddish guy
I didn't pass through the river.
I know that I will never be able to read that book again.
But I'll keep it on the list of my favorites.
Eating ice-cream, kissing on the lifts,
you got under my skin just as ink...
I miss your glasses
I didn't cross any line,
I am where I was supposed to be
this is also hard for me.
The reddish guy went by.
Laughing at the jokes, staring at the oaks...
this was a really nice story though.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Las guindas del camino (I)
En aquella mañana de junio el sol iluminaba a la par que calentaba las calles de Madrid. Tiré de mi maleta hasta el metro, los veintipico kilos parecían multiplicarse a medida que iba bajando escalones.
Esperé dos minutos, tiempo suficiente para darme cuenta de que el hombre que tenía al lado intentaba adivinar que ponía en mi camiseta o quizás eso quise pensar yo inocentemente. Llegó el metro y me subí. Era notable que tenía sueño, me quedé hipnotizada mirando mi maleta, grande, granate, con ciertos destrozos remendados, inconfundible; aún así decidí añadirle otro toque personal y distintivo, me saqué del bolsillo la pegatina que me había tocado en un paquetito de galletas que me había comido antes, los muñecos que salían en ella eran tan horribles que me sentí como si estuviera instalándole un sistema antirrobo.
Tras un buen rato de metro, otro de cercanías y un poquito menos de autobús, llegué al aeropuerto. Mi vuelo aparecía en pantalla y me puse a la cola para facturar. Mientras mi madre se aseguraba de recordarme todos aquellos dictámenes que deben cumplir las hijas buenas cuando están fuera de casa, yo me entretenía imaginando cómo sería la familia en la que iba a caer: ¿tendrán muchos hijos?¿cocinarán bien?¿serán limpios? y lo que para mí era realmente importante: ¿me dejarán hacer lo que me dé la gana?
Estaba contenta, iba a pasarme cuatro semanas en otro lugar, con otra familia, con otras costumbres, en otro país. Con un adiós papá-adiós mamá dejaba atrás por un mes mi rutinaria y poco excitante vida española.
lunes, 17 de noviembre de 2008
Piedra a piedra
viernes, 24 de octubre de 2008
All you need is love S.A.
lunes, 20 de octubre de 2008
Here comes the sun
lunes, 22 de septiembre de 2008
Sangrante belleza
martes, 26 de agosto de 2008
Limítate a besarme
La brisa nos empuja y nos posa en algún lugar, crecemos y al cabo de los años, morimos.
Si ahora te tuviera delante niña, te daría un beso en la mejilla. No te daría consejos, no te advertiría de futuros errores, ni siquiera te mostraría la realidad.
Me sentaría delante de ti y me limitaría a ver los cambios que el tiempo ha provocado.
No quiero decirte las palabras que nunca deberás pronunciar.
No quiero decirte los gestos que nunca deberás realizar.
No quiero decirte los lugares que nunca deberás visitar.
Me limitaría a ver hacia dónde se dirige la inocencia, descubrir si después de los años sigue escondida en el mismo lugar.
Y si tu misma, vienes a vistarme cuando el tiempo ya haya provocado surcos en tu piel, limítate a hacer lo mismo.
No quiero saber nada, dame un beso en la mejilla y llámame niña.
miércoles, 20 de agosto de 2008
miércoles, 30 de julio de 2008
Azucar[arte]
viernes, 11 de julio de 2008
Olé que arte!
Algunos piensan que es horrenda, yo la quiero como a una hija.
Buscando en un escenario, ya abandonado por quien un día se preocupó por cultivarlo, he encontrado un comentario que hice a un video que me gustó bastante:
"El arte es un arma cargada de futuro"Y que verdad tiene esta frase, ¿qué sería de nosotros sin arte?, ¿sin un método de evasión de este mundo cargado de egoísmo?
El arte es algo común, nadie puede impedirte su disfrute, no se niega a nadie, siempre esta ahí para todos, por ello quizás sea uno de los caminos a seguir para intentar moralizar,sensibilizar(aunque sea en una pequeña medida(que eso ya sería mucho))a la sociedad de hoy: vacía, llena de hipocresía pero al fin y al cabo, vacía. Soñar con cambiar el mundo no queda más que en eso, en un sueño, intentar que el mundo no te cambie es la clave para cambiarlo.
Si ya lo decía Nietzsche, solamente el fenómeno estético nos puede acercar al continuo devenir que es la vida.
Te lo prometo
Quizás empezó todo como un juego, desde un principio sólo quise comprobar la veracidad de las palabras de la gente.
Algunas de estas promesas tienen fecha de caducidad, otras no tienen límite, pero lo que es imposible negar es que todas ellas tuvieron un espacio y un tiempo.
Desde lo más simple hasta lo más complejo, desde una bicicleta hasta la felicidad; desde lo más dulce hasta lo más macabro, desde el amor eterno hasta la muerte.
Hoy hace 4 años que abrí esta libreta por primera vez, ¿cuántas promesas cumplidas?¿cuántas ignoradas?¿cuántas olvidadas? No importa, sólo pretendía jugar e hice trampa: olvidé comprobar la veracidad de mis propias palabras a lo largo de estos años.
domingo, 22 de junio de 2008
No me mires
¿Tienes hambre?
domingo, 15 de junio de 2008
Del cielo al suelo
Fui a parar a una red, la misma que impidió que tocara suelo firme. Desde allí ya no podía verlo todo ni mucho menos, tan solo alcanzaba a ver la azotea de algún que otro edificio. Los agujeros de la red eran grandes, era de esperar que no aguantara mi peso durante mucho tiempo y yo cada día veía el tan temido suelo más cerca. Y así fue, en no más de una estación, caí.
Tenía miedo a partirme en dos al caer contra el asfalto, a que lo único que quedase de mí tras la caída fuera un montón de huesos. Pero lo cierto es que en el suelo me sentía como en ningún sitio, podía ver los distintos carteles que me indicaban las calles, semáforos indicándome el paso y signos percatándome de peligro.
Bien es verdad que en más de una ocasión alzaba la mirada para echar un vistazo al cielo, simplemente para recordar tiempos mejores, pero él ya no me echaba de menos, ahora estaba cubierto de estrellas y yo estaba a años luz de ellas. La red se había volatilizado, había desaparecido en el espacio y en el tiempo, como si nunca hubiera existido, quizás culpaba a mi caída de su ruptura.
Ahora me encuentro aquí, pisando suelo firme, lejos de cielos y azoteas, viviendo dónde siempre tuve miedo a vivir. Y una vez que me veo con los pies en la tierra, creo que lo más conveniente será comenzar a caminar.
viernes, 13 de junio de 2008
Él
Me salva de los semáforos en rojo
Vigila por las noches cuando vago sola por las calles
Pone la zancadilla a todo aquel que intenta hacerme daño
Me abriga cuando hace frio
Me desnuda cuando hace calor
Me hace reir cuando me pongo triste
Quita la zanahoria cocida de la menestra
Da cinco minutos más de sol a mi día
Elimina las pesadillas
Maquilla mis mentiras
Solo tiene un inconveniente: nunca está en casa!
viernes, 16 de mayo de 2008
Mi canción
domingo, 11 de mayo de 2008
Café y Acoso
Siete tristes meses habían pasado ya desde su huida. Yo ocupaba mi vida con mi trabajo, echaba horas extras solamente para mantenerme ocupada, era fotógrafa y siempre existía la posibilidad de quedarme trabajando hasta tarde en la agencia. Mi vida social era un desastre, mis dos únicas amigas vivían a kilómetros de distancia y sus ajetreadas agendas impedían que nos viéramos más de dos veces al año. Cuando llegaban los domingos me colocaba mi mejor vestido y me bajaba al parque de la esquina, allí me sentaba en un banco a leer el periódico, quizás solo esperaba que alguien de repente se sentara a mi lado y quisiera conocerme.
Fue justamente un domingo el día que comenzó algo que de alguna u otra manera marcaría mi vida. Volvía del parque con el periódico bajo el brazo cuando al entrar en el portal me di cuenta de que en mi buzón había un sobre que sobresalía. ¿Hoy domingo me mandan cartas? Pensé extrañada. Lo saqué con dificultad del buzón, era un sobre grande en el que no figuraba ninguna dirección. Decidí no abrirlo allí y subí corriendo hasta mi casa para averiguar qué era aquello. Nada más entrar por la puerta rasgué el sobre descubriendo su interior, no podía creerlo, eran tres enormes fotos en las que curiosamente la protagonista era yo. Una de ellas había sido tomada en el parque, en otra se me veía andando por la calle y en la última me encontraba sentada en una de las mesitas de la cafetería que estaba debajo de mi casa. Las tres fotos eran de gran calidad, lo que me hizo pensar que se trataba de algún compañero de trabajo que había intentado gastarme una broma, pero lo cierto es que dudaba que ninguno de ellos supiera ni tan siquiera como me llamaba, ni mucho menos donde vivía.
Todo aquello era muy extraño, no sabía si debía asustarme o cuál debía ser el sentimiento adecuado ante una situación así. El sobre estaba encima de la mesa cuando me di cuenta de que todavía quedaba una pequeña nota en su interior, un papel diminuto de cuadritos en el que ponía “eres preciosa”. Ante una situación parecida cualquier otra persona hubiera llamado en ese momento a la policía, pero yo no, yo bajé a los chinos y compré un bonito marco para cada una de las fotos. Aquella nota había conseguido arrancarme la sonrisa que hacía meses que nada ni nadie conseguía sacarme.
Durante la siguiente semana esperaba ansiosa una nueva aparición de mi acosador, salía a la calle vestida lo más mona posible por si me cruzaba con su objetivo. Iba mirando para todos lados intentando descubrir a alguien con una cámara, pero nada, en la mayoría de las ocasiones la única persona que se encontraba en la calle con una cámara, era yo, aparte de los numerosos grupos de turistas japoneses, pero mucho me temía que ninguno de ellos supiera las reglas de nuestro abecedario.
Una semana y media después de su primera aparición tocaron a mi puerta. Se trataba de un chaval de no más de 18 años con un ramo de margaritas en la mano, la gorra en la que llevaba impreso el nombre de la floristería me hizo sospechar que aquel no era más que el simple repartidor. Tras un breve trámite me dio el ramo y desapareció escaleras abajo.
Un ramo de margaritas, sin duda era precioso, pero cómo sabía aquel individuo que me encantaba aquella flor, ni siquiera mi ex novio me había regalado nunca flores. Descubrí una nota entre las flores en la que ponía “me encanta tu perfume”. Esta persona había estado lo suficientemente cerca como para poder olerme, podía encontrarme ante un maniaco sexual, sin embargo yo, movida por el misterio decidí dar un paso más en todo esto. Sabía que seguía mis movimientos, así que decidí dejar en el parabrisas de mi coche una nota para él. En ella decía que le quería conocer, que me mandara una nota diciéndome la hora y el lugar.
No pasaron más de tres días cuando volvieron a llamar a mi puerta, esta vez era un mensajero con un paquete, tras firmar me lo entregó. Abrí aquella caja como si se tratase de ese regalo de reyes que tanto esperaste cuando tenías ocho años, solo que en aquella ocasión yo tenía 17 años más y el regalo no procedía de los reyes magos sino de mi acosador secreto, algo tremendamente más excitante. Tras romper todo tipo de envolturas encontré mi regalo, era un vestido, un vestido sencillo pero bonito. Y en el fondo de la caja se hallaba la nota en la que decía “nos vemos el jueves a las ocho y media de la tarde en la cafetería de la esquina, ponte el vestido”.
El jueves llegó y desde primera hora de la mañana ya hicieron falta varias tilas para intentar calmarme. Lo bueno de esta “cita” es que al menos no debía pensar en que ropa ponerme, eso ya me lo había facilitado el. Tenía miedo porque no sabía con qué me iba a encontrar, la idea del maniaco sexual volvía a mi cabeza una y otra vez pero no debía dejar pasar la oportunidad de conocer al único hombre que se había interesado por mí en estos últimos largos meses. Después de siete meses sin tan solo una caricia te conviertes en una buscadora hambrienta de cariño.
Creo que estuve sentada en la cafetería desde las ocho menos cuarto, me había puesto el vestido, arreglado el pelo e incluso pintado los labios. Comencé tomando una tila para relajarme durante la espera, a eso le siguió un café, tras lo que vino una cerveza, y después otra, y luego otra, y así hasta cinco. Y es que estuve esperando allí hasta las once y media de la noche, convencida de que de un momento a otro mi acosador se acercaría a mi mesa y descubriría su identidad ante mí. Cuando pedí la sexta el camarero se acercó a mí.
- Mujer, ¿no crees que llevas ya demasiadas?
Era obvio que llevaba demasiadas, con cinco cervezas yo ya no me encontraba en mi sano juicio pero aun así insistí en que me sirviera la sexta, cosa que desembocó en una terrible discusión, bueno más bien en un cúmulo de gritos por mi parte.
- Una más y ya está, estoy segura de que va a venir.
- No sabía que estabas esperando a alguien, mucho me temo que ya no va a aparecer.
- ¿Qué no va a aparecer? ¿Qué no va a aparecer? ¿Me estás diciendo que es un cobarde? Eh? EH?
- Solo te estoy diciendo que es mejor que te vayas a casa, ya le has esperado suficiente.
- ¡Tienes razón! Ya le he esperado suficiente.
Aparentemente había accedido a levantarme y marcharme pero cuando me encontraba cerca de la salida no pude evitar darme la vuelta y dar el espectáculo más bochornoso que jamás hubiera creído ser capaz de dar.
- Es verdad, somos unas zorras, TODAS somos unas zorras, pero vosotros sois unos cabrones y lo que es peor, sois unos cobardes y ¡SÍ! ¡DUERMO CON CALCETINES!
Me di la vuelta y salí entre sollozos lo más apresurada posible hacía mi casa mientras distinguí algún que otro aplauso y comentario de un grupo de chicas que al parecer se habían sentido identificadas con mi declaración.
Nunca he vuelto a ir a la cafetería, como nunca he vuelto a recibir una señal de mi acosador, quizás se encontraba entre los presentes cuando armé el numerito en la cafetería y le defraudé, quizás, no lo sé. Mis días como acosada habían llegado a su fin, era el momento de apagar la cafetera.
viernes, 2 de mayo de 2008
domingo, 27 de abril de 2008
90-69-90
A dos meses escasos del verano nos bombardean con este tipo de titulares, comienza la fiebre por adelgazar!!!Esa minifalda que guardas en el armario te mira con desdén, sabe que no la lucirás hasta que no tengas un tipazo parecido al de la vecinita. Tus amigas te proponen cambiar los planes por ir a correr y por supuesto, te autoconvences de que es el espejo del baño el que te ensancha las caderas.
Sin embargo, estoy segura de que te encanta el chocolate, las piruletas, los bombones, los regalices, ir a merendar a casa de esa amiga que su madre hace unas tartas tan buenas...mmmmmmm...¿y qué me dices de esas tostadas de mantequilla con mermelada que tomas para desayunar?desde luego un pedacito de cielo.
Somos así, cambiar es opcional.
miércoles, 23 de abril de 2008
Buh!
sábado, 19 de abril de 2008
Los giralunas
Escuchadme girasoles, habla vuestro rey,conocéis perfectamente nuestra antigua ley.
Por la noche hay que bajar la cabeza sin hablar.
Cortaré el maldito tallo al audaz traidor que alzó su flor a oscuras antes del albor.
Pronto lo descubriré, he citado al comité.
La más alta recompensa, palabra de honor, al que encuentre sus semillas negras de impostor.
Una nota nos dejó: Acabaréis en un jarrón.