domingo, 22 de junio de 2008

No me mires



Para mí llorar es como vomitar, es recomendable hacerlo en un lugar alejado de miradas indiscretas para no crearse una mala reputación.

¿Tienes hambre?


¿Has intentado más de cinco veces ver una película que te recomendó un amigo y aún no has conseguido acabar de verla?¿Te llevas a casa cualquier folleto solamente por el diseño de la portada?¿Te imaginas historias solamente al escuchar una canción?¿Te da envidia ver el video que ha montado tu amigo sobre las vacaciones en la playa y ver que tú ni siquiera sabes utilizar ese programa y que le sacarías más provecho?¿Has intentado inscribirte en mil concursos para mostrar tus trabajos pero siempre que has encontrado el folleto informativo ya se te había pasado el plazo?¿Siempre que tienes una buena idea se tuerce porque no dispones de los medios adecuados para llevarla a cabo?¿Te da rabia ver como sale a la luz una idea que a ti se te ocurrió hace años pero no pudiste enseñársela a nadie por ser menor de edad?¿Te levantas de repente de la cama para escribir en un cuadernucho una pequeña idea que se te acaba de ocurrir mientras intentabas quedarte dormido?¿Ya no te duermes hasta una hora y media más tarde solamente pensando en cómo desarrollar esa idea?¿El blog de notas de tu móvil está sobresaturado de palabras, frases, etc., que en una ocasión escuchaste y pensaste que te serían útiles?¿Has perdido horas y horas intentando sacar algo bueno y cuando por fin los "consigues" se lo enseñas a tu mejor amigo y te dice: ¿qué es??¿Te sientes orgulloso de un garabato que hiciste y tu madre aún no comprende por qué eso aún está colgado de la pared de tu habitación?¿Crees que tu cámara de fotos nunca tiene pilas?¿En tu casa suelen acudir a ti cuando quieren hacer algo original aunque luego siempre rechacen todas tus proposiciones?¿Disfrutas dibujando cosas sin sentido en un papel?¿Te frustra no tener la capacidad de dibujar que sí tienen algunos de tus amigos?¿Les enseñas tus trabajos a gente que sabes que son mejor que tú?¿Piensas que todo se podría mejorar?¿Crees que todavía no has hecho algo que merezca realmente la pena?¿Te dan ganas de matar a la persona que te dice que lo que estás haciendo es totalmente inútil?¿No enseñas tus trabajos a la gente por miedo a que ellos no los valoren tanto como tú?¿Te hace ilusión que alguien te diga que le ha gustado lo que has hecho aunque más tarde te enteres de que no ha entendido nada de lo que querías mostrar?¿Te sientes especial al sentirte un incomprendido?



Si ya no te ocurre alguna de estas cosas es porque has comenzado a perder el apetito, ahora, si eso es bueno o malo, eso ya no te lo puedo decir.

domingo, 15 de junio de 2008

Del cielo al suelo

Al principio estaba en el cielo, lo podía ver todo desde allí. Sensación de libertad, de plenitud, toda una diosa desde allí arriba. Después aparecieron algunas nubes, el cielo se volvió gris y empecé a asustarme. No veía las cosas con la claridad de antes, se hizo de noche y caí.
Fui a parar a una red, la misma que impidió que tocara suelo firme. Desde allí ya no podía verlo todo ni mucho menos, tan solo alcanzaba a ver la azotea de algún que otro edificio. Los agujeros de la red eran grandes, era de esperar que no aguantara mi peso durante mucho tiempo y yo cada día veía el tan temido suelo más cerca. Y así fue, en no más de una estación, caí.
Tenía miedo a partirme en dos al caer contra el asfalto, a que lo único que quedase de mí tras la caída fuera un montón de huesos. Pero lo cierto es que en el suelo me sentía como en ningún sitio, podía ver los distintos carteles que me indicaban las calles, semáforos indicándome el paso y signos percatándome de peligro.
Bien es verdad que en más de una ocasión alzaba la mirada para echar un vistazo al cielo, simplemente para recordar tiempos mejores, pero él ya no me echaba de menos, ahora estaba cubierto de estrellas y yo estaba a años luz de ellas. La red se había volatilizado, había desaparecido en el espacio y en el tiempo, como si nunca hubiera existido, quizás culpaba a mi caída de su ruptura.
Ahora me encuentro aquí, pisando suelo firme, lejos de cielos y azoteas, viviendo dónde siempre tuve miedo a vivir. Y una vez que me veo con los pies en la tierra, creo que lo más conveniente será comenzar a caminar.

viernes, 13 de junio de 2008

Él

Mi ángel de la guarda:

Me salva de los semáforos en rojo
Vigila por las noches cuando vago sola por las calles
Pone la zancadilla a todo aquel que intenta hacerme daño
Me abriga cuando hace frio
Me desnuda cuando hace calor
Me hace reir cuando me pongo triste
Quita la zanahoria cocida de la menestra
Da cinco minutos más de sol a mi día
Elimina las pesadillas
Maquilla mis mentiras


Solo tiene un inconveniente: nunca está en casa!