Decís que son malas, calculadoras, frías, hirientes, mentirosas, celosas, envidiosas. Os quejáis porque son egocéntricas, egoístas, paranoicas, impacientes, orgullosas. Habláis de ellas como desconfiadas, infieles, narcisistas y maniáticas. Os defendéis diciendo que son unas manipuladoras castrantes.
Os consideráis tartas de mermelada expuestas en escaparates, pero la verdad es una: no hay razón para el lamento, vosotros elegís a la comensal, elegís el cubierto.
Os consideráis tartas de mermelada expuestas en escaparates, pero la verdad es una: no hay razón para el lamento, vosotros elegís a la comensal, elegís el cubierto.