domingo, 21 de diciembre de 2008

Navidad sana Navidad

En un país en el que la gente dona sangre simplemente por el hecho de obtener un bocadillo como recompensa, las tiendas se abarrotan en estas fechas. Hacer cola para embalar esa caja de forma imposible llegar hasta la mesa y observar que apenas queda papel y que el poco celo que había lo ha gastado la persona anterior intentando sellar todo hueco existente, eso.....no tiene precio, para todo lo demás Mastercard. Y es que esta pobre es la que más sufre en estas fechas, después de Navidad la tarjeta de crédito pasa a tener el mismo valor que la tarjeta de puntos del supermercado...ninguno, sin dinero no hay valor. Nuestra generosidad en estas fiestas llega a grandes niveles: compramos regalos que no sabemos si van a gustar, compramos comida que no vamos a comer, compramos MUCHA lotería por si toca....Y aquí quería yo llegar, mañana a las 8 de la mañana habrá miles de personas en pie delante del televisor esperando oír su número de la boca de algún pequeño niño encorbatado, a las 12 el 80% de estas personas estarán celebrando su inmejorable salud, mientras que el otro 20% se empeña en encontrar aquella papeleta que le vendió Mari la pescadera, papeleta traída por su cuñado de alguna ciudad famosa por su abundante suerte y que por si faltase poco el cuñado de la pescadera ya se encargó en su momento de restregarle a algún calvo por la cabeza. Con esto pueden pasar dos cosas: si toca la Mari se convierte en algo parecido al nuevo mesías pero si no toca siempre seguirá siendo aquella que nos convenció para que le compráramos un número. También existe una tercera posibilidad: tú no tienes ninguna papeleta de la Mari y va y toca! Entonces es cuando cambias de pescadería, aparte de recordar siempre a la Mari como una sucia traidora.
Mañana aparecerán varios nuevos ricos en este país, algunos utilizarán el premio para tapar sus deudas y muchos se embarcarán en préstamos aún más grandes. Yo, me limitaré a formar parte del 80% que se felicita a sí mismo por tener una salud inmejorable, a pesar de que mi madre se empeñe en decirme que llevo una vida nada sana.

sábado, 13 de diciembre de 2008

La suma de mi vida


4 años comiendo
+ 5 años durmiendo
+ 3 años dibujando
+ 2 años estudiando
+ 1 año delirando
+ 4 años observando
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19 años viviendo