miércoles, 23 de diciembre de 2009

Réquiem por una musa


I should have tried this before, now time is running out and maybe it's too late.
I don't know how to begin, this is just a soldier's poem. Some time ago I was feeling good but nowadays I'm writing to you from hysteria. I'm wondering where the map of your head is. Looking for the uprising, I only got the blackout, the resistance is useless. Do you remember those days I was falling away with you? We used to walk through our starlight path, we were so high that we could even sunburn ourselves. Now you are gone and I am in this supermassive black hole that is my mind without you. I sing for absolution, but no one can hear me, not even the knights of Cydonia. Don't you want to plug in baby? Just say yes please. I'm afraid you are not coming anymore, you have gone somewhere else, further United States of Eurasia. If you are disappeared, I just ask for apocalypse please. I wish you were here telling me your undisclosed desires. I'm nothing without you as I belong to you. Because I'm a dead star if I can't find my Muse.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Shake it like a polaroid picture

Te tumbas dejando colgar la cabeza por los pies de la cama, los brazos la acompañan y ahora las yemas de tus dedos rozan el suelo. Notas como sube la sangre, y poco a poco sientes como los latidos son más intensos en tus sienes que en el pecho.
Demasiado tarde quizás, pero a veces mantener los pies sobre la tierra no es más que una cuestión de equilibrio.

viernes, 6 de noviembre de 2009

¿Te acuerdas?

Empecé dibujando unas gafas de pasta negras y por casualidad detrás de ellas apareciste tú. No sé por qué, si ya no me acuerdo de tus ojos bicromáticos ni de tus finas pestañas. Ya no me acuerdo de lo suave que era tu pelo, ni siquiera de los reflejos pelirrojos que el sol desvelaba. Ya no me acuerdo de los largos que eran tus dedos, ni de lo fríos que estaban, de tus uñas devoradas por los nervios. Tampoco me acuerdo de tus labios cortados ni de tus dientes falsamente ordenados. Ya no me acuerdo de lo fina que era tu lengua, ni siquiera de lo roja que se ponía la punta de tu nariz. Y es que ya no me acuerdo de cuando me soplabas al oído, tampoco de las costillas que intentabas partirme al abrazarme.
Ya ves, no me acuerdo, y es que estas cosas se olvidan cuando dejan de tener sentido.

Ya ves, no me acuerdo, pero lo que acabo de dibujar se parece tanto a ti que tengo miedo, miedo de preguntarte por mí y que me respondas: ya no me acuerdo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Sicología "inversa"

Las agujas del reloj se movían con una lentitud desquiciante, siempre he odiado los relojes sin segundero, me parecen frívolos y un tanto macabros. Sentada sobre aquel sofá de piel negra me pregunté dónde estaba el diván, ¿acaso la elección del diván no era lo primero que hacían todos los sicólogos nada más acabar la carrera? Por un instante sentí envidia por todos aquellos pacientes que tuvieran la suerte de estar tumbados sobre uno de esos maravillosos muebles. ¿Sería hombre o mujer? A mi madre se le había olvidado mencionar ese detalle, la decoración del despacho no ayudaba a adivinar el sexo del especialista. Una decoración demasiado estoica para mi gusto, estoicismo quebrado por un cuadro enorme situado en la pared frontal, ¿qué decir de ese cuadro? era horrible, una especie de mujer con ojos desencajados pintada en colores fríos. Con un reloj sin agujas, sin diván y con aquella mujer mirándome desde la pared de enfrente, tuve el impulso de querer rallar el suelo con mis zapatos pero el parqué no tenía la culpa.
Por fin se abrió la puerta de la habitación, al otro lado, un individuo que se mimetizaba perfectamente con el entorno. Era alto, debía andar por los treinta y pocos, pantalones grises y jersey granate de cuello redondo por el que asomaban unos tímidos cuadros verdes. Su cara fue una sorpresa agradable, los ojos le hacían juego con la camisa y sus facciones me hicieron pensar que hace muchos años el mismo hombre que ahora tenía delante había sido confundido más de una vez con una niña. No sabría decir si su entrada en la habitación me tranquilizó o me puso más nerviosa todavía.
- Buenas tardes, soy Andrés.- Me dijo mientras se acomodaba en un sillón y cogía de un cajón algo así como un cuaderno.
- Hola, yo soy tu paciente de las 5 y media.-Me pareció estúpido decirle mi nombre, estaba segura de que sabía a la perfección como me llamaba, mi madre debía haber repetido mi nombre hasta la saciedad en sus sesiones de sicología estéril.
- Bien, ponte cómoda, puedes tumbarte si quieres.- Miré de reojo el espacio de sofá que quedaba libre, soy una chica de talla media pero allí no me hubieran cabido ni la mitad de las piernas, cosa que hizo cuestionarme qué tipo de pacientes solía recibir este hombre, quizás era especialista en "gente pequeña".
- Estoy mejor así, el contorsionismo no me va demasiado.- Dije en un intento de romper el hielo, pero él siguió pasando hojas de su cuaderno, apenas me miraba cuando se dirigía a mí.
- Supongo que tu madre te habrá hablado de mi, ¿por qué crees que estás aquí?
- La verdad es que no ha hablado mucho de ti y no sé muy bien que hago aquí. Pero si le soy sincera siempre había querido venir al sicólogo, quizás sea una especie de regalo de cumpleaños que me ha hecho mi madre por adelantado.
- Comprendo...fui yo quien le dijo a tu madre que vinieras, quería comprobar en persona algunos detalles.
- Bueno, ya ves que aun no te he arrancado los dedos de un bocado.- Dije pensando en lo que ese pobre hombre tendría apuntado sobre mí en aquella libreta.
- Háblame de ti, ¿cómo es un día cualquiera en tu vida?
- Mmmm veamos, me levanto demasiado temprano para mi gusto, soporto seis horas de clases irrelevantes y por las tardes suelo....drogarme.
- Por favor ponle un poco de seriedad al asunto.
- ¿No ha sonado creíble? te aconsejo que apuntes lo de las drogas en tu cuaderno, si no incluyes matices de este estilo mi madre no te creerá.
- Lo que hablemos entre estas cuatro paredes es secreto profesional, queda entre tú y yo, no se lo voy a contar a tu madre.
- Quien sabe si ella lo hará.- Dije señalando a la mujer de ojos desorbitados que ahora me parecía incluso más terrorífica que cuando había entrado allí dentro.
- ¿Qué me dices de tu vida personal? ¿Tienes pareja?
- No, estoy soltera y entera.- Más tarde me di cuenta de que tan solo me había faltado guiñarle un ojo para convertir aquella aclaración en una insinuación en toda regla.
- ¿Alguna relación anterior?
- Alguna que otra.
- Háblame de ellas, ¿qué tal fueron?
- Bueno pues según lo que te acabo de decir puedes deducir por ti mismo que fueron un... ¡éxito total!
- Ya...emmmmm, cambiemos de tema, ¿a qué dedicas el tiempo libre?- Empezaban a incomodarme las preguntas que me hacía así que decidí cambiar las tornas del juego.
- Dime una cosa, ¿de dónde has sacado ese cuadro?
- Lo pintó una persona cercana a mí.
- ¿Y te gusta?
- Bueno, está colgado.
- ¿Y te gusta?- Se quedó callado mientras hacía como que miraba de nuevo las hojas del cuaderno y una vez más cambió de tema.
- ¿Qué tal te llevas con tus hermanos?
- ¡Ya sé! Este cuadro es como esas manchas de tinta que tanto os gustan a vosotros, a los sicólogos quiero decir, tiene diferentes interpretaciones en función de quien lo mire, ¿no?
- En realidad es solo...- Le corté para seguir divagando en el cuadro.
- Ufff menos mal, ahora entiendo porque lo has colgado ahí, ¿quieres que te de mi interpretación? yo veo una mujer con cara de loca que parece que se vaya a acercar a ti para arrancarte el corazón. Sí, sí definitivamente es lo que veo, de hecho si tuviera que ponerle un título sería: Margaret la destripadora. Es increíble, ¿y dices que aquí hay gente que ve maripositas y arcoíris?
- Yo no he dicho nada.- Dijo agarrándose a los brazos de su sillón y con cara de no estar pasando por una situación demasiado cómoda. Y es que yo ya no estaba sentada en el sofá, envuelta por la euforia me había levantado y me encontraba a pocos centímetros del cuadro intentando averiguar dónde estaban las maripositas de los demás.
- Creo que por hoy ya hemos tenido suficiente.- Dijo sentado en la misma posición que antes.
- ¡Vale!- Dije casi gritando, estaba deseando salir de allí, y creo que él también.
Abrió la puerta de la habitación y me extendió la mano en señal de despedida, en ese momento recordé los 200 euros que mi madre me había dado para pagar a este amable hombre por una hora de desinteresada escucha. Los saqué del bolso y de la manera más natural posible le coloqué los cuatro billetes de 50 en la palma de su mano, le miré a los ojos y no pude evitar decirle:
- Cómprate algo bonito, ¿qué tal...un diván?

domingo, 11 de octubre de 2009

Las voces de mi cabeza

Estoy en mi habitación, escucho el grifo del baño gotear, me levanto de la cama y voy a cerrarlo. Vuelvo a tumbarme pero de nuevo suena el sonido del agua en el lavabo, enciendo todas las luces y vuelvo a mirar, el grifo está cerrado. No puedo dormir, salgo de casa y justo antes de cerrar la puerta creo escuchar una nueva gota caer. Definitivamente tengo que buscar otro sitio al que ir. Ando rápido en línea recta por la acera, sin pisar las baldosas rojas. Veo algo de lejos, dos luces, no, son dos ojos, alguien me está mirando desde detrás del contenedor de basura, giro a la izquierda. Sigo andando, hace viento y las ramas de los árboles se mueven violentamente, escucho un silbido y a continuación algo así como el sonido de una moneda al caer al suelo. Siento la presencia de alguien tras mi espalda, un cosquilleo me recorre la columna vertebral y mis pies se han paralizado. Meto la mano en mi bolsillo buscando algo con lo que poder defenderme ante un posible ataque. No hay nada, mis bolsillos están vacíos y mi corazón se acelera al sentir como los pasos se acercan. Ya casi puedo escuchar una respiración, es profunda, mis manos tiemblan mientras observo como la sombra se me acerca por la espalda. El miedo me paraliza pero en un intento de defensa me giro. No puedo creerlo, no hay nadie, pero yo había escuchado un silbido, unos pasos, había visto una sombra acercándose. Sigo mirando alrededor pero no parece haber movimiento, ahora tengo más miedo que antes. Salgo corriendo, hasta toparme con mi portal, ya he tenido suficiente por esta noche. Abro la puerta de casa, silencio sepulcral. Tengo que despejarme, voy al baño, enciendo la luz y no puedo creer lo que veo, el agua desborda mi lavabo. El grifo está abierto.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Los peces también mueren


Te conocí hace tres años, como se conoce hoy en día a la gente, a través de un perfil, una foto y 5000 caracteres que sirven de soporte escrito. Te encontré y me pareciste un buen pez al que observar. Siempre perfecta, rodeada de gente, recorrías el país entre tres ciudades muy diferentes. Eras una Marilyn que con palabras disimuladas gritaba al mundo que tomaba pastillas para dormir. Ni tus ojos, ni tu pelo, ni tu sonrisa me conquistaron, fueron tus textos poco elaborados, las frases que se te derramaban de las manos. Te leía todos los días, te convertiste en el pez favorito de mi pecera, hasta que un día dejé que escaparas y desapareciste entre las turbulentas aguas de mi memoria.

Hoy te he vuelto a buscar y me he encontrado con una matrioska sin descendencia, una muñeca vacía. Ahora eres una maniquí, y al parecer tus dedos de escayola no te dejan escribir como lo hacías antes. Ya no gritas entre renglones, me pregunto si algún día se te fue la mano con el bote de pastillas y ahogaste tus aullidos en un profundo sueño del que jamás serás capaz de despertar.

Si es así, te echaré de menos.

Au revoir Bú

sábado, 29 de agosto de 2009

Nueva apertura

Septiembre se acerca, y con él los anuncios de fascículos, la vuelta al cole, el regreso de las series que nos abandonaron en junio, etc etc. Y yo no quería ser menos. Os presento "Yaya! Péiname..."
un nuevo blog en el que cada uno de los elementos de mi habitación puede ser objeto de nueva entrada, ¿suena aburrido? tendrás que leerme para descubrirlo. http://yayapeiname.blogspot.com/

domingo, 16 de agosto de 2009

To the other side

Subo la persiana, abro la ventana, sol en el cielo, aire fresco, ni un alma pisa el suelo. Una nube hace de techo, estalla en mil pedazos, todos salen a la calle a mojar los pies en los charcos. Cojo un paraguas y ellos me miran. Espero en un lado de la calle a que el semáforo cambie de color, mientras cientos de zapatos inundan el negro y blanco. Llego al supermercado y veo como se pelean por coger los yogures caducados, un niño llora mientras suplica a su madre que compre zanahorias. El helado quema y el área de congelados es un radiador. Salgo a la calle, a tres metros dos monjas con liguero, una esquina más allá las putas llevan sotana. Un jardinero arranca las flores a sangre fría, los vecinos extienden su basura cambiando enanitos de jardín por botellas de leche vacías. Me siento en un banco y a su paso la gente me tira monedas, a continuación corren para hacerse sitio entre las primeras filas de lo que parece ser un corro que rodea a un mendigo que vocifera las teorías de la humanidad. Le aplauden, lo aclaman, y entre la lluvia desaparece a hombros de sus seguidores.

Vuelvo a casa con los pies mojados y limosna en los bolsillos, como recibimiento una nota me grita desde la mesa del comedor: lávate los dientes antes de comer!



The world is spinning to the other side of the universe

domingo, 9 de agosto de 2009

Deux quais

¿Merece una persona saber la verdad incluso no habiendo preguntado por ella?
¿Existe la verdad inoportuna?
¿Cómo se cotiza en estos momentos la sinceridad extrema en el mercado de valores?


Contaré hasta quince y después lo diré.
PD: Realmente necesito la respuesta a estas preguntas...

lunes, 22 de junio de 2009

No está hecha la miel para la boca del asno


Era una mañana cálida, brillante, resplandeciente. La primavera comenzaba a hacerse notar en los árboles que adornaban el largo paseo de la ciudad. Ella, decidida y con paso firme abrió la pequeña puerta del estudio, un mostrador y cientos de lienzos fue todo lo que encontró al atravesarla. Se adentró en el local buscando a su dueño.

- ¿Hay alguien?- Preguntó con indiferencia como si aquello no le importase en absoluto. Entretenida husmeaba entre bocetos y pinturas cuando de repente como surgido de la nada, apareció un joven tras su espalda.

- ¿Me busca a mí?- Preguntó el joven con cierto rin tintín.

- Eso depende, ¿es usted el artista?

- Si por artista se refiere al autor de lo que está viendo, sí, soy artista pues.

- Encantada, soy Carla, su futura cliente.

- ¿Y en qué tengo el placer de servirla?

- En dos semanas cumpliré la veintena.

- ¡Enhorabuena! pero siento comunicarle que aquí no se fabrican tartas.

- Si quisiera una tarta habría acudido a un pastelero ¿no cree?

- Dígame entonces lo que desea.

- Me gustaría inmortalizarme, que mi juventud quede petrificada en una obra de arte.

- Estaré encantado de pintarle un retrato...¿prefiere exteriores o interiores?

- No tan deprisa, no es una pintura lo que he venido buscando, quiero algo más.....sofisticado.

- ¿Algo más sofisticado que un lienzo?

- Los retratos no son fieles a la realidad, y en ningún momento estoy juzgando su obra, simplemente quiero algo más personal, y ha llegado hasta mis oídos su destreza con la pluma. Quiero que escriba sobre mí.

- No la conozco, no me gusta escribir sobre los asuntos que desconozco.

- Es usted artista, míreme, inspírese y escriba.

- Deje de tratarme de usted, yo aún no he cumplido los diecinueve.

- Eres muy joven, pero me fio de ti, ¿para cuándo estará listo mi encargo?

- Si quiere un buen trabajo primero he de inspirarme y como bien ha dicho he de mirarla.

Se quedó inmóvil en medio de la habitación mientras el joven artista lentamente daba vueltas a su alrededor.

- No, no funciona, desnúdese.

- ¿Qué?

- Necesito más información, su abrigo caro y su vestido recatado son poco inspiradores.

- De acuerdo.- Dijo un tanto insegura, la visita al artista estaba tornando en algo un tanto extraño, pero la mezcla de misterio e incertidumbre hacía aquel lugar mucho más interesante de lo que le parecía cuando entró. Comenzó a desvestirse bajo la atenta mirada del joven.

- Tienes unos hombros preciosos, y una espalda perfecta, tu cuerpo es bastante armonioso...interesante, tus facciones son dulces, son atractivos hasta los mechones de pelo que recorren tu cuello.

Atraída por las alabanzas del artista, se desnudaba al son de sus halagos.


- Piel clara y lunares estratégicos, una mujer como tú sólo puede ser obra de una divinidad o del mismísimo Lucifer.

- Has pasado a tutearme.

- Teniendo en cuenta que estás desnuda sobre el suelo de mi taller, yo diría que tengo la suficiente confianza como para hacerlo.

- ¿Y sólo vas a utilizar esa confianza para tutearme?

- Para mucho más. No te muevas, enseguida vengo.

Volvió con un tintero y una pluma, de nuevo la observó y dio paso al comienzo de la obra. Apartó los mechones que caían sobre el cuello y empezó a deslizar su pluma, inspirado por la belleza del cuerpo desnudo de su cliente, avanzaba recorriendo su garganta, las palabras lucían bien en su torso. Cada recoveco, cada lunar, incitaba al artista a seguir escribiendo sobre el lienzo más delicado que jamás había utilizado. Ella sentía fluir la tinta por su cuerpo, notaba el entusiasmo del artista en la presión que ejercía con la pluma sobre su piel. Cuando entretenido escribía sobre su hombro izquierdo, ella quiso incorporarse para besarlo, él la detuvo tapándole la boca.

- No confundas, en este instante eres mi musa, no mi amante.

Disgustada por la reacción del artista separó la pluma de su cuerpo.

- ¿Qué haces?- preguntó el joven sin entender el por qué de su actuación.

- ¿Pretendes desnudarme, alabarme, recorrer con tu pluma mi cuerpo y acto seguido decirme que soy tu "musa"? Además, ¿quién va a leer esto?

- Cuando te vuelvas a vestir la tinta se emborronará y las palabras serán ilegibles, así que a no ser que salgas desnuda de mi taller...pocas personas van a poder disfrutar de la obra.

- ¿Entonces para qué has perdido el tiempo escribiendo?, no tiene sentido escribir lo que nadie va a leer, dime entonces qué es lo que ha pasado aquí.

- Joven ingenua éste no ha sido más que el argumento de su libro.

- ¿Vuelves a tratarme de usted?

- Se ha vuelto a poner el abrigo, pensé que la ropa marcaba el límite.

La joven dirigió una mirada asesina al artista mientras se calzaba las botas e intentando cubrir los borrones de tinta de sus manos salió del taller, no sin destrozar antes uno de los lienzos que se encontraba más cercano a la puerta.

- ¡Loca! - Gritó el artista mientras corría al auxilio del cuadro.

- ¡Farsante! - Se escuchó ya desde el otro lado de la calle.

El joven se agachó a recoger los trozos de lo que parecía haber sido en algún momento un bonito bodegón. Una sonrisa de dibujó en sus labios.

- Me ha costado un cuadro, pero al menos espero no tener que volver a tratar con señoritas de clase alta que poco saben lo que es el arte.

martes, 19 de mayo de 2009

Una centena de detalles


1. "Da importa" fue una de mis expresiones más usadas hasta los 8 años, cuando realmente lo que quería decir era "da igual".
2. Con 13 años miraba todas las noches antes de acostarme debajo de la cama "por si acaso".
3. Cuando me ducho tengo que girar el grifo del agua caliente al agua fria con la mano izquierda.
4. No soporto que alguno de los cuchillos que haya sobre la mesa me esté apuntando.
5. La ropa interior blanca me da mal rollo.
6. Nunca como chicles.
7. Hasta los 12 años rezaba todas las noches.
8. Con 12 años decidí que pedir ayuda a dios en mis oraciones era subestimar mi propia capacidad de acción.
9. Mi madre escondió el primer cuadro que pinté.
10. Me relaja pintarme los brazos.
11. No apuesto si la apuesta no está ganada de antemano.
12. Utilizo los estudios como medio de satisfacción.
13. Soy cotilla pero no chismosa.
14. Pídeme que te describa un día concreto de mi vida y lo haré con tal precisión que te asustaré.
15. Me callo el 50% de las cosas que pienso, porque nunca encuentro el momento de decirlas.
16. Mi abuela sueña con que su nieta sea funcionaria.
17. "Nena" solo me suena bien si viene de alguien de mi familia.
18. Nunca llegué a entender por qué a las barbies les pintaban las bragas.
19. La señal que tengo en la espalda es porque me caí de un columpio cuando tenía 7 años...dos veces...seguidas.
20. Siempre pensé que ser zurda era una virtud que compartía con millones de personas en el mundo.
22. Tuve dos peces con 4 años y ambos se suicidaron.
23. El día que descubrí que mi madre también tenía madre y que su madre justamente era mi abuela, ese día encajé algunas piezas que hasta entonces no me habían cuadrado.
24. Mi nombre solo se escribe con una "M" y odio que alguien lo pronuncie como si se escribiese con tres.
25. Me enamoré de Barcelona cuando tenía 14 años y no he vuelto a ir.
26. Cuando tengo miedo de decir algo cuento hasta 15 y a la de 15 lo suelto de golpe.
27. Aunque aun a penas sepa tocarla, me tranquiliza abrazar la guitarra.
28. Lo último que pierdo, es la esperanza.
29. Soy bastante lenta, mentalmente hablando.
30. Les tengo un miedo terrible a las serpientes.
31. Para mí rara=piropo.
32. Cada poco tiempo palpo el bolso para comprobar que el móvil sigue en su sitio.
33. Perdí mi instinto maternal a los 18.
34. Arranco los carteles que me gustan.
35. Fui a ballet hasta los 7 años.
36. Durante los dos años que estuve apuntada a baloncesto no colé ni una canasta.
37. Odiaba los vestidos que mi madre me ponía cuando tenía cuatro años.
38. La tabla del nueve marcó un antes y un después en mi vida.
39. De pequeña quería ser pintora luego arqueóloga y luego ya no sabía.
40. No quiero vivir en un lugar durante mucho tiempo.
41. Creo que se puede saber mucho de una persona fijándote en sus zapatos.
42. No admiro a ningún famoso.
43. Creo en el destino.
44. Soy suicidamente optimista.
45. De entrada siempre soy tímida.
46. No se eructar.
47. Ponerme roja es algo complicado.
48. Me sé todas las canciones de Nino Bravo.
49. Me "acompañaron a la salida" en la Capilla Sistina.
50. Soy murciana de nacimiento, andaluza de adopción y desarraigada de todo lugar.
51. Siempre he ido a colegios públicos y eso...me gusta.
52. Me encanta bailar...pero me da vergüenza hacerlo en público.
53. "Derroche" de Ana Belén era mi canción favorita cuando era pequeña aunque obviamente no tenía ni idea de lo que significaba la letra.
54. Me gustan los puzzles de mil piezas.
55. Nunca me han regalado flores.
56. Sigo en busca del auténtico cuaderno rojo.
57. Cuando pelo la fruta con cuchillo me llevo la mitad con la piel.
58. El destino siempre elige el número 27 para hacerme la puñeta o para regalarme el mejor día del mes.
59. Lo más bonito que me han dicho también sea posiblemente lo más raro que me hayan dicho jamás.
60. Me quedé en los 15.
61. De pequeña siempre pensé que cuando fuera mayor tendría un twingo morado.
62. Mi guitarra se llama Lola.
63. Soy una miedica.
64. A una parte de mí le hubiera gustado nacer en los años 50.
65. No me gusta que me toquen.
66. No me gusta el fútbol, pero pase lo que pase...visca el barça!
67. Soy una cobarde en un mundo de valientes.
68. Podría sobrevivir a base de atún y chocolate.
69. Nací y moriré con ojeras.
70. Duermo con calcetines.
71. Hablo, grito, lloro en sueños.
72. Conocí a la teclista de Pulp por pura casualidad cuando aun ni siquiera había escuchado una canción del grupo.
73. Hace mucho que no voy al cine.
74. Me corto el pelo cuando quiero start all over again.
75. Si tiene que pasar algo bueno pasará un martes o un jueves.
76. Cuando tenía 16 el más capullo del instituto no tuvo nada mejor que hacer que plantarme un beso en la boca.
77. Odio a tres animales: la nada pedante gata kitty, el tan bien definido oso de tous y el nada degradante conejo de playboy.
78. Me encantan los tatuajes pero he pensado tantas cosas y tantos lugares que seguramente acabe sin ninguno...o quizás con todos.
79. Comer mucho+reir mucho=mal final para mí.
80. Siempre me reiré con un chiste malo.
81. No me gusta que me vean llorar.
82. Odio la zanahoria cocida.
83. Nunca llevo colonia.
84. Me pinto las uñas para no mordérmelas (arráncarlas en su defecto, ya que con el aparato no puedo mordérmelas).
85. Pienso que maquillarse es una forma de engañar a la gente, aunque no renuncio a hacerlo de vez en cuando.
86. Nunca cambiaría mi color de ojos a pesar de compartirlo con el 80% de la población.
87. Creo que la vida es un montaña rusa, disfruta de las vistas cuando estés en lo más alto, agárrate bien en las curvas y por supuesto...intenta no vomitar en el transcurso.
88. El número 9 siempre destacará por su elegancia y sencillez.
89. Siempre leo la última frase del libro antes de empezar a leerlo.
90. Las tijeras son el mejor invento del mundo, y desde aquí quiero aclarar que los zurdos no sufrimos ningún tipo de minusvalía con las tijeras ni con los cuchillos.
91. El vetadine me trae muy buenos recuerdos.
92. Me siento identificada con los peces y con los caballos, una pena que no exista ningún animal intermedio.
93. Me saqué el carnet a la quinta.
94. Tengo problemas escribiendo palabras con "g" y con "j".
95. Cuando sea mayor, tenga dinero y los servicios sociales me dejen, adoptaré a una china.
96. Me hubiera gustado tener muchos hermanos.
97. No sé si es normal que me parezca normal pensar más en mi entierro que en mi boda (pero siempre de buen rollo).
98. Si eres de los que piensa que pokemon fue antes que dijimon, eres de los mios.
99. Tengo cosquillas por todo el cuerpo.
100. Es muy probable que haya visto muchas más horas de anuncios que de televisión.
Esto es lo más parecido a unas instrucciones que podrás encontrar sobre mí, pero recuerda dejarme en stand-by la próxima vez que me desenchufes, no quisiera gastar más energía de la necesaria.
Y sí, el cuadro de la foto es el primero que pinté...:)

miércoles, 15 de abril de 2009

Pasado, presente y ciencia ficción

Tu presente será tu pasado en un futuro.

martes, 17 de marzo de 2009

Bon anniversaire Rouge Blues


- ¡No te has cambiado el nombre aún!
- Es que tengo que pensar qué poner, mañana se me ocurrirá algo, ahora lo consultaré con mi almohada...
- ¿Por qué no Midori?
- Porque me suena cursi...
- Anda que...
- Anda que...anda que......pues sí!Dilo muchas veces..............................a qué suena cursi???eeeeeeeeee??EEEEEEEEEEEEEEEE?
- Midori era verde no?
- Sí, Midori era una tía que estaba un poquitín pinzada y un tanto salida.
- Pero era la buena...¿Vert?
- ¿Y eso?
- Verde en francés.
- ¿Y yo soy verde?¿Me estás llamando guarrilla?
- Como los bichos, te estoy llamando Midori y punto.....vale pues nada. No te gusta mi idea, que te folle un pez espada envenenado.
- Que nooooooooooooo....que siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ¿con sida?
- También.
- Ponme Vert.



Y así es como terminé llamándome Vert. Hace un año esto no era más que un pequeño rincón negro con letras rojas, encabezado por una foto de la torre Eiffel, dos administradores y dos normas que tardamos poco en incumplir. Un año y 36 entradas después soy la única que se encuentra al frente de este pequeño rincón negro con letras rojas que la torre Eiffel abandonó hace tiempo.

Salvo la colaboración de Sidonie en la entrada del Giraluna, me hago responsable de todo lo que se encuentra bajo mi firma. Lo importante de este blog no es lo escrito, dibujado o fotografiado, sino lo que me ha llevado a hacerlo. Es posible que más de una entrada parezca no tener sentido, pero la verdad es que jamás publiqué nada pensando en mi escaso público, cada una de esas entradas son un trozo de mí, y trozo a trozo voy construyendo una pequeña maqueta que va creciendo con el paso del tiempo.

Así que gracias a los que leen y comentan, a los que curiosean y a quien un día me dejó con esta url en las manos.

sábado, 21 de febrero de 2009

Tartas de mermelada


Decís que son malas, calculadoras, frías, hirientes, mentirosas, celosas, envidiosas. Os quejáis porque son egocéntricas, egoístas, paranoicas, impacientes, orgullosas. Habláis de ellas como desconfiadas, infieles, narcisistas y maniáticas. Os defendéis diciendo que son unas manipuladoras castrantes.
Os consideráis tartas de mermelada expuestas en escaparates, pero la verdad es una: no hay razón para el lamento, vosotros elegís a la comensal, elegís el cubierto.

domingo, 1 de febrero de 2009

Numéricamente nula


Recuerdo aquel aula como un lugar grande y oscuro, nosotros, sentados en sillas enanas unos enfrente de otros a lo largo de dos largas tiras de mesas que se unían formando hexágonos.

Al frente, la pizarra que se extendía por toda de la pared. En su parte superior: los números del uno al diez.

No me gustaban, sus formas no me motivaban, ¿por qué el cinco y el seis tenían que cambiar su orientación?¿Por qué el siete era un número tan feo? No entendía porqué no podían ser más sencillos, ¿por qué no eran círculos?¿por qué no cuadrados?¿por qué no triángulos? Hasta que un día comprendí que al fin y al cabo se trataba de formas, un simple simbolismo.

Desde pequeña tuve cierta aversión a los números, aunque si digo la verdad, jamás entendí la necesidad estúpida de punzar la silueta de la letra a.

7th sky


It's three a.m.
no one in my bed
just me and myself.
I start thinking about the day
no one in my life
just me and myself.
I could go on my own way to the 7th sky
On my own way to the 7th sky
On my own way to the 7th sky
Deserts on my hips
no one in my mind
just me and myself.
I decided to go on my own way to the 7th sky
On my own way to the 7th sky
On my own way to the 7th sky
One question on my lips:
Would you come with me?
It could be our own way to the 7th sky
Our own way to the 7th sky
Our own way to the 7th sky

viernes, 23 de enero de 2009

Caducifolio



En esta vida todo caduca, salvo la creatividad.



jueves, 15 de enero de 2009

Bipolar



En el Hemisferio Norte es pecado mentir.

En el Hemisferio Sur es pecado decir la verdad.


Hoy me encuentro un tanto bipolar,

¿qué debo hacer para no pecar?