domingo, 11 de octubre de 2009

Las voces de mi cabeza

Estoy en mi habitación, escucho el grifo del baño gotear, me levanto de la cama y voy a cerrarlo. Vuelvo a tumbarme pero de nuevo suena el sonido del agua en el lavabo, enciendo todas las luces y vuelvo a mirar, el grifo está cerrado. No puedo dormir, salgo de casa y justo antes de cerrar la puerta creo escuchar una nueva gota caer. Definitivamente tengo que buscar otro sitio al que ir. Ando rápido en línea recta por la acera, sin pisar las baldosas rojas. Veo algo de lejos, dos luces, no, son dos ojos, alguien me está mirando desde detrás del contenedor de basura, giro a la izquierda. Sigo andando, hace viento y las ramas de los árboles se mueven violentamente, escucho un silbido y a continuación algo así como el sonido de una moneda al caer al suelo. Siento la presencia de alguien tras mi espalda, un cosquilleo me recorre la columna vertebral y mis pies se han paralizado. Meto la mano en mi bolsillo buscando algo con lo que poder defenderme ante un posible ataque. No hay nada, mis bolsillos están vacíos y mi corazón se acelera al sentir como los pasos se acercan. Ya casi puedo escuchar una respiración, es profunda, mis manos tiemblan mientras observo como la sombra se me acerca por la espalda. El miedo me paraliza pero en un intento de defensa me giro. No puedo creerlo, no hay nadie, pero yo había escuchado un silbido, unos pasos, había visto una sombra acercándose. Sigo mirando alrededor pero no parece haber movimiento, ahora tengo más miedo que antes. Salgo corriendo, hasta toparme con mi portal, ya he tenido suficiente por esta noche. Abro la puerta de casa, silencio sepulcral. Tengo que despejarme, voy al baño, enciendo la luz y no puedo creer lo que veo, el agua desborda mi lavabo. El grifo está abierto.

1 comentario:

Álex dijo...

qué miedo dan las voces de la cabeza.