domingo, 15 de junio de 2008

Del cielo al suelo

Al principio estaba en el cielo, lo podía ver todo desde allí. Sensación de libertad, de plenitud, toda una diosa desde allí arriba. Después aparecieron algunas nubes, el cielo se volvió gris y empecé a asustarme. No veía las cosas con la claridad de antes, se hizo de noche y caí.
Fui a parar a una red, la misma que impidió que tocara suelo firme. Desde allí ya no podía verlo todo ni mucho menos, tan solo alcanzaba a ver la azotea de algún que otro edificio. Los agujeros de la red eran grandes, era de esperar que no aguantara mi peso durante mucho tiempo y yo cada día veía el tan temido suelo más cerca. Y así fue, en no más de una estación, caí.
Tenía miedo a partirme en dos al caer contra el asfalto, a que lo único que quedase de mí tras la caída fuera un montón de huesos. Pero lo cierto es que en el suelo me sentía como en ningún sitio, podía ver los distintos carteles que me indicaban las calles, semáforos indicándome el paso y signos percatándome de peligro.
Bien es verdad que en más de una ocasión alzaba la mirada para echar un vistazo al cielo, simplemente para recordar tiempos mejores, pero él ya no me echaba de menos, ahora estaba cubierto de estrellas y yo estaba a años luz de ellas. La red se había volatilizado, había desaparecido en el espacio y en el tiempo, como si nunca hubiera existido, quizás culpaba a mi caída de su ruptura.
Ahora me encuentro aquí, pisando suelo firme, lejos de cielos y azoteas, viviendo dónde siempre tuve miedo a vivir. Y una vez que me veo con los pies en la tierra, creo que lo más conveniente será comenzar a caminar.

1 comentario:

GuiBo dijo...

pintura CRATEX.

un saludo: UNO!