Escuchadme girasoles, habla vuestro rey,conocéis perfectamente nuestra antigua ley.
Por la noche hay que bajar la cabeza sin hablar.
Cortaré el maldito tallo al audaz traidor que alzó su flor a oscuras antes del albor.
Pronto lo descubriré, he citado al comité.
La más alta recompensa, palabra de honor, al que encuentre sus semillas negras de impostor.
Una nota nos dejó: Acabaréis en un jarrón.
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